El Parque Natural del Delta del Ebro es una de las zonas de humedales más importantes de la cuenca mediterránea. Un paseo en barca, las rutas cicloturistas o los miradores de aves permiten conocer de primera mano los paisajes de este rincón singular.
La desembocadura del río Ebro constituye una de las zonas húmedas más importantes del litoral mediterráneo, con una riqueza de flora y fauna que la hacen única y excepcional. Se calcula que en el Delta del Ebro viven entre 50.000 y 100.000 aves de 300 especies diferentes, entre los que destacan los flamencos y la gaviota de Audouin. Además, el clima húmedo propicia la presencia de insectos, y los diversos grados de salinidad del agua facilitan la presencia de un gran número de peces como anguilas, muelles y corvinas. El delta del Ebro, que se ha formado por la aportación de sedimentos del río, dibuja playas kilométricas casi salvajes que conviven con lagunas y arrozales, en un paisaje mutante que varía en cada estación. Un paseo en barca, las rutas cicloturistas o los miradores de aves situados en puntos estratégicos permiten conocer de primera mano los paisajes del litoral del sur de Cataluña.